El Athletic Club tiene su “catedral” (el estadio San Mamés), sus colores (rojo y blanco), sus leones (los jugadores) y también su Gabarra. La especial y distintiva manera que tiene de celebrar los títulos con la afición.
Otros equipos celebran sus triunfos desde lo alto de un autobús. El Athletic Club, sin embargo, lo hace surcando la Ría de Bilbao en su Gabarra, una embarcación con historia. Corría 1983 cuando el Athletic Club se proclamaba por séptima vez campeón de Liga. Habían pasado 27 años desde la última vez que el equipo había ganado ese título y 10 años que no ganaba ningún otro. Bizkaia estaba sumergida en una época triste y gris, en plena reconversión industrial y con un alto índice de paro. Pero el Athletic Club decidió regalar a su afición una victoria por la que sonreír.
Uno de los miembros de la directiva, Cecilio Gerrikabeitia, quien ya había presenciado muchos de los triunfos del Athletic Club, pensó que en esta ocasión la explanada del Ayuntamiento se quedaría pequeña. Fue al oír una canción cuando se le ocurriría una idea que haría historia y quedaría para muchos en sus memorias o más profundos deseos.
Dice la canción: “Por el río Nervión, bajaba una gabarra, rumba la rum…”. Las gabarras eran un tipo de embarcación indispensable para la riqueza del territorio. Una especie de barco de casco plano, sin motor, que debía ser arrastrada y que se utilizaba para transportar hierro. Aquel año, una gabarra sería rebautizada como Athletic y ya no acarrearía hierro, sino que se convertiría en primer testigo de las victorias rojiblancas.
La historia de la Gabarra
Cerca de un millón de personas se agolparían aquel año de 1983 a las orillas del Río Nervión para celebrar el título. Fueron 3 horas de trayecto (desde Las Arenas hasta el Ayuntamiento de Bilbao) que quedarían grabadas, ese y al año siguiente, en la memoria de jugadores y aficionados.
Sí, en 1984, tras las catastróficas inundaciones, el Athletic Club volvió a ganar. Esta tradición, que sólo se ha celebrado dos veces en la historia el Athletic Club, ha calado tan profundamente que los aficionados están deseando volverla a ver surcando la Ría y tiñéndola de rojo y blanco. Sin embargo, desde entonces, la Gabarra tampoco ha estado quieta. Ha sido un instrumento de trabajo esencial en el puerto para trasporte de materiales, reparación de muelles y fondeo de bollas. Desde 2013 se encuentra ubicada en el Museo Marítimo de Bilbao.