Es bien sabido que el estadio San Mamés es el lugar en el que juega los partidos el Athletic Club y que sus aficionados también lo llaman ‘La Catedral’.
Quizás pienses que se debe únicamente a su ubicación, ya que los terrenos en los que se ubicaba el antiguo estadio pertenecían al asilo de San Mamés, ubicado en las inmediaciones. Pero lo cierto es que la verdadera y originaria razón se remonta hasta el Oriente Bizantino. El nombre que recibe esta zona bilbaína no es más que el increíble final de una antiquísima historia. El estadio del Athletic Club debe su nombre nada más y nada menos que a un Santo del cristianismo, Mamés. Puede que por eso, para muchos aficionados del equipo rojiblanco, el Athletic sea como una religión. La leyenda cuenta que el mártir Mamés nació alrededor del año 259 en Cesarea de Capadocia, en el seno de una familia encarcelada por ser devotos cristianos. Se quedo huérfano de padre y madre a una edad muy temprana. Fue entonces cuando se haría cargo de él una noble, viuda y rica, que le dejaría a Mamés heredero de su hacienda y todos sus bienes. A partir de entonces, Mamés sería conocido como “hombre de Dios”. Repartiría sus bienes entre los pobres y dedicaría su vida al pastoreo, el retiro y la soledad. Diferentes gobernadores intentarían que abjurara de su fe sometiéndolo a todo tipo de torturas. Cuenta la leyenda que hasta fue liberado por un ángel y respetado por un grupo de leones a los que logró amansar. Sin embargo, alrededor de 275 Mamés falleció atravesado por un tridente. Desde entonces, los capadocios fomentaron la devoción a su paisano y los centros que le rinden culto comenzaron a extenderse por todo el mundo. Uno de esos centros, precisamente, llegó hasta el municipio bilbaíno. Al parecer en 1447 había en aquel basto solar una vieja ermita al Santo Mamés, en un altozano próximo a la Ría de Bilbao. Sobre aquella ermita se construiría un convento a los padres franciscanos y posteriormente se erigiría la actual Santa Casa Misericordia o asilo de San Mamés, en cuya capilla se le sigue rindiendo culto al santo. En 1913, junto al asilo, se inauguraría el emblemático estadio de fútbol San Mamés, mártir a quien por supuesto debe su nombre. De hecho, se trata del único estadio cuyo nombre tiene un ancestral origen religioso y que posteriormente ha sido bautizado por los aficionados al fútbol como “La Catedral”. Se dice que se le conocía con este sobrenombre porque daba lugar a conversaciones como esta:- ¿Adónde vas?
- A San Mamés.
- ¿A la ermita?
- No, a la catedral.
Aunque la gran tradición y los valores que caracterizan al Athletic Club han terminado por afianzar este nombre con más fuerza que nunca. Pero la leyenda continua en manos del Athletic Club y sus aficionados, quienes se reúnen en este enclave en días de partido. Un lugar donde confluyen de inigualable manera, sacrificio, culto, carácter y pasión en nombre de un santo llamado Mamés.